Considero que siempre he hecho política. En 1977 con 11 años solía leer la revista Interviú que acaba de cumplir 40 años y disfrutaba debatiendo con mi padre y en el colegio sobre sus artículos más políticos o sociales, y aprendía a ignorar lo demás. También me gustaba imaginar como sería un mundo en el que todas las personas disfrutaran de ver en la televisión programas como “A fondo” de Joaquín Soler Serrano, tanto como del fútbol, y sin embargo no sabia nada del calentamiento global que se había anunciado en 1972 (Meadows, D., et al., “The Limits to Growth.” New York 1972) algo que al descubrirlo años después me hizo sentir la traición de los gobiernos y de los medios de comunicación.

Considero que siempre he hecho política desde la calle y desde la sociedad civil, aunque nunca pude imaginar que alguna vez encajaría en un partido político, simplemente por que mi razón y mi emoción siempre han sido anarquistas. Anarquista como Leo Tolstoi, Martin Luther King Jr., o Iván Illich. Y sin embargo, aquí estoy, soy parte de EQUO, una afiliada más, una como tantas otras.
Descubrí EQUO cuando comenzaron a salir en la prensa artículos hablando de que Juantxo López de Uralde había cumplido su “amenaza” y había creado un partido político tal como anunció al regresar de Dinamarca. No sabia entonces que EQUO era el resultado de un esfuerzo doble, la unión de múltiples partidos verdes y la apuesta de un grupo de personas provenientes de la sociedad civil, de organizaciones ecologistas que se unían por el objetivo urgente de frenar el cambio climático y conservar el planeta habitable para las generaciones futuras.
Nunca pensé en militar en un partido. Mi emoción y mi razón son anarquistas Clic para tuitear
Ahora sé que me gustó el paquete completo, el activismo que no se da por vencido y la ideología de la horizontalidad con paridad o con el 50+.
El paquete completo, activismo y democracia radical, tiene sus fallos, pero yo lo quiero todo Clic para tuitearAhora sé que el paquete completo tiene sus dificultades, tiene sus incomunicaciones, tiene sus fallos. Y sin embargo es al completo como me gusta EQUO.

Estos cinco años en EQUO me han puesto en contacto con una red de gente trabajadora y honesta, con diferentes perspectivas quizás, bueno con diferentes perspectivas seguro, pero trabajadora y honesta. Llegué a EQUO sin referencias, sin amistades previas, sin conocer a nadie. Venía para sostener el trabajo de otras personas con mi aporte económico y a seguir con mi vida de ONGD´s y voluntariado carcelario. Pero no pudo ser, EQUO se abrió paso en mi vida a golpe de afecto y cercanía. Siempre he sido antinuclear, pero nunca había estado en un movimiento antinulcear como sujeto de acción. Siempre he amado a los animales, pero nunca había estado en un movimiento que trabaja por sus derechos como elemento de concienciación. Siempre he considerado razonable la Renta Básica, pero nunca había sido parte del movimiento que la reclama, la estudia y la promueve. Siempre me he considerado feminista, pero gracias al empuje que impone la paridad en EQUO he logrado superar mis propios límites.
Estar en un partido (EQUO) amplifica mis mejores ideas y las convierte en acción Clic para tuitear
EQUO amplifica mis mejores ideas y las convierte en acción. Y lo mejor de todo, lo hago mano a mano con personas que vienen de esa vertiente activista y con personas que vienen de la corriente ideológica. Esas dos caras que se dan la espalda y que lo sepan o no, son complementarias.
La corriente activista y la ideólogica son complementarias, parte de la misma urgencia Clic para tuitear
Durante años Ecología Política era para mi sólo un conjunto de ideas inalcanzables, cosas que leía en una revista que ya ha cumplido 25 años, como mi hijo mayor. Y sin embargo ahora Ecología Política es una realidad que se me hace tangible. Es cierto que elegir el camino de la Ecología Política es ponérnoslo difícil a la hora de actuar y relacionarnos en medio de un mundo cuyo paradigma es la competitividad y la productividad. Parece que aferrarnos a la ideología relacional de una sociedad utópica, donde la democracia radical pone las base y cada afiliado y simpatizante se siente parte imprescindible del engranaje puede conducirnos al caos, y comprendo que existen personas que consideran que lo primero es abordar la tarea urgente de llegar a las instituciones y poner remedio al colapso. Y después ya hablaremos del Buen Vivir, ese concepto de la cosmovisión indígena andina que hará que nos alejemos del peligro definitivamente.
Comprendo que hay personas que quieren abordar la tarea urgente de poner remedio al colapso Clic para tuitear
Sin embargo, lo quiero todo. Admiro en cada persona de EQUO su compromiso y su perseverancia. Y quiero que hagamos algo sin precedentes, quiero que la cara y la cruz se miren y se asuman complementarias, se asuman imprescindibles y se reconozcan como parte de la misma urgencia.

Carmen Ibarlucea es una escritora y también política extremeña, aquí podéis ver un apunte de su biografía:
Y aquí podéis ver su blog: